Corrupción que Mata

Por: Oscar Toledo Esteva.       Octubre de 1996.


Montaje híbrido
Aplicando componentes miniaturizados diseñamos adaptadores SMD (Surface Mount Device) a DIP (Dual Inline Package) que facilitan la investigación y desarrollo con componentes de vanguardia de la electrónica digital.

Una posible solución al problema de la pobreza en América Latina, es diseñar herramientas tecnológicas para combatirla, empezando por la ética para luchar contra la corrupción, ya que mediante el soborno se compra el consentimiento político para llevar a cabo proyectos inútiles y costosos, que finalmente es el pueblo el que paga todo —la corrupción es en parte el origen de la pobreza—, apoyar la investigación científica y tecnológica es evitar que esta corrupción omnipresente se vuelva violenta, terrorista, contra la gente y la sociedad en su conjunto. Ha sido una equivocación apoyar a los comercios disfrazados de escuelas, ir al extranjero para estudiar teorías económicas que aquí no funcionan, por recetas que corrompen nuestro medio, la estructura de nuestras leyes que violentan la paz de las personas que no pueden progresar en su terruño, recetas impuestas para no crecer y agobiar a los pobres, autoridades incompetentes que no escuchan a sus gobernados, obras costosas que nadie necesita, etc. Mientras languidecen los pueblos y sus habitantes migran a otro país.

El desarrollo de la investigación científica y tecnológica, trae nuevos conocimientos que prometen un mundo mejor, por la instrucción continua donde los ciudadanos maduran su vocación, lo comprobamos con nuestros alumnos; en la aplicación de la ética, la nueva economía, y nuestras demostraciones didácticas donde el aprendizaje tiene una postura democrática.

No es la inmadurez de las instituciones educativas la que históricamente ha creado los grandes inventos que han beneficiado a la humanidad a traves de su evolución, el papel intermedio para el desarrollo tecnológico le corresponde al talento para investigar las nuevas tecnologías, responsables de aplicar al conocimiento científico, para la creación de un nivel de desarrollo a la altura de nuestra gente, que constituye la calidad de vida de los ciudadanos de una nación.

Una civilización tecnológica no concibe otro ideal rector que el muy materialista aumento del nivel de vida de los humanos, el nivel, dado que se puede medir, es genuinamente científico.

Hay una trampa moral donde frecuentemente caen los intelectuales, es que viendo la soledad del hombre, se sienten tentados de entregarse a la contemplación de esa tragedia como nuestra, única, incomparable, solo para producir malas novelas o películas fatalistas, y dejan ir sin compasión al hermano indígena con el estómago vacío. En cambio, los científicos no se exponen a estas trampas, porque creen que se debe y se puede lograr una solución para remediar esto, son incluso optimistas —solo el optimismo tiene futuro—, son personas con buena intención y enérgicas, decididos a luchar hombro con hombro ayudando a sus semejantes.

Con la fe de mi infancia, he creado con mis recursos, un instrumento nacido de la compleja tecnología en la que estoy inmerso, es un monitor electrocardiográfo computarizado con cardiotacómetro incorporado, y analizador de tres rangos para los latidos cardiacos, creado y pensado para dar servicio médico gratuito a nuestra comunidad, aunque las personas interesadas en este producto competitivo solo ha sido la sociedad civil, y ninguna atención por parte del estado mexicano.

Hay funcionarios públicos que usan el poder para beneficio privado, ejercen el abuso de confianza como sinónimo de corrupción, sus discursos alimentan la corrupción al estrechar al máximo sus límites, para que la opinión pública considere corrupción solo lo que es perseguible y sancionable penalmente, cambian las leyes o manipulan los poderes y no persiguen lo que incomoda al poder, si un funcionario no comete delitos graves, se debe suponer que es honesto, situación que ellos no deciden sancionar, sino al contrario, modifican la ley con efectos retroactivos para que todo quede impune, lo cual irrita a los ciudadanos y reduce su confianza en las instituciones. Estos funcionarios no respetan los valores que proclaman, su mala costumbre no promociona la ética, aunque se aplique con éxito en otros países. La ética es un valor que no tiene rigor jurídico, y sus resultados son a mediano y largo plazo. Los políticos quieren resultados inmediatos y su retórica lo obliga a la vieja senda de que hay que prevenir y evitar la corrupción.

Sabemos que es difícil vender al estado, por la hojarasca de corrupción que nos invade, principalmente en los altos círculos del poder que toleran las prácticas de corrupción, señal de nuestra crisis social, y por la importación de tecnología que nos descapitaliza. Debido a esto, muchos contratistas honestos, simplemente no quieren competir en una licitación del gobierno, porque saben que los contratistas deshonestos van a bajar las cotizaciones, a desempeñarse mal y a alterar los precios originales pactados. Usted puede imaginarse la venta de un producto contaminante, que originalmente ha sido prohibido en su país de origen, este producto se vende libremente en México, debido a esta corrupción impune que ya agotó nuestra paciencia, tenemos razón para pedir a quienes moldean la opinión pública y los que toman las decisiones, que escuchen más cuidadosamente lo que decimos, y pienso que tendrán que hacerlo, ya que en todas las formas de progreso, el desarrollo científico y tecnológico evalúa las consecuencias ambientales, que ya afectan a todos los habitantes del planeta.

La voluntad de llevar adelante promesas de luchar contra la corrupción, no depende únicamente del poder político. La corrupción es una grave amenaza contra la democracia, el estado de derecho y los derechos humanos. Un poder que reconoce el mandato de los ciudadanos que cumplen con sus deberes, hará que México de un salto cualitativo de dimensiones históricas, y de esto solo el futuro nos responderá.

 

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