Alrededor del Orbe con Biyubi 5.2

NFT. 17 de mayo del 2005


Navegador Biyubi 5.2
Hay un mercado que valora la propiedad intelectual por encima de cualquier cosa, ese mercado pide un «browser» moderno a prueba de virus, como el nuevo Navegador Biyubi 5.2, un desarrollo de los programadores de la Familia Toledo, que incorpora sofisticadas pestañas de navegación, un gestor procesador de correo electrónico, y protección integrada contra spammers. Nosotros lo inventamos, ¿y tú qué inventas?.

En noviembre del 2004, la organización Familia Toledo cumplió 34 años en desarrollar desde una tecnología básica, hasta obtener la experiencia en el desarrollo de software de vanguardia, como navegadores de Internet, su creación: el Navegador Biyubi, es el único navegador de Internet creado en un país de habla hispana, además tiene unas características impresionantes: algoritmos criptográficos para máxima seguridad, a prueba de hackers, visualización de todo tipo de páginas Web, con un excelente cumplimiento de normas de Internet, y ahora en su versión 5.2, integra sofisticadas pestañas de navegación, y un gestor personalizado para procesar el correo electrónico.

Gracias a las nuevas facilidades, Biyubi puede examinar un buzón de correo tipo POP3 (Post Office Protocol v3) y enviar correos via SMTP (Simple Mail Transfer Protocol), con seguridad y privacidad integrada, de manera que un spammer nunca se enterará de cuándo se leyó un correo, sin importar los trucos utilizados, p.ej. imagenes o scripts de un sitio externo, la experiencia de los programadores de la Familia Toledo permitió proporcionarte seguridad con otras barreras que aún no imaginan los spammers. Biyubi codifica automáticamente tu mensaje de correo con las normas de la red, puedes utilizar acentos o letras especiales al escribir tu nombre y tus mensajes, y anexar archivos o enviar correo como HTML. El listado de correos recibidos te muestra toda la información que puedas llegar a necesitar, y si necesitas más, no hay problema, activa la opción para leer todos los encabezados, así podrás descubrir de donde procede un correo, recuerda que en Internet nada es anónimo.

Con las novedosas pestañas de navegación, es posible tener abiertas cómodamente varias páginas de Internet en la misma ventana del navegador, muy útil para comparar sitios de Internet, o revisar rápidamente varias páginas del mismo sitio. Hoy con Biyubi, el apoyo para los estándares de la Internet es excelente, mientras otros navegadores todavía no pueden visualizar imagenes PNG con canales de transparencia o sobrepuestas, el «browser» Biyubi ya lo admite.

En el siglo XXI, es anticuada cualquier plataforma de computadoras que no cuente con un navegador exclusivo de Internet, como Biyubi, ya que la navegación en Internet para los grandes negocios, exige una comunicación blindada con todo tipo de seguridad, para el intercambio de informaciones especializadas.

El uso diario de la navegación, junto con la facilidad de apuntar y hacer click, deriva de lo que en sus origenes era un sencillo conjunto de protocolos, que fue creciendo poco a poco hasta convertirse en un laberinto enmarañado de órdenes, normas y protocolos de archivos, sonidos, imagenes y textos, que siempre queda oculto debajo de la interfaz del navegador. Cada uno de esos protocolos no fue creado por un ser de otra dimensión, sino por personas ingeniosas y dedicadas a su quehacer, que entraron de lleno en la acción, sin detenerse solamente en la contemplación.

El Navegador Biyubi cumple ya 9 años, y como otras creaciones de la Familia Toledo, es un diseño original creado de la A a la Z e innovado constantemente. ¿Qué ocurre debajo de la interfaz de usuario cuando se hace click en un hiperenlace?, seguiremos esta secuencia de actividades en paralelo gracias al equipo de ingenieros de software que desarrollan este navegador.

Primeramente: en el momento en que usted oprime el botón izquierdo del ratón, la señal es transmitida a la computadora, donde es recibida por el Sistema Operativo Fénix, al detectar que la ventana es propiedad de Biyubi, emite un mensaje para la interfaz de usuario de Biyubi. El navegador indaga inmediatamente la secuencia visual conservada en su memoria, para verificar en qué elemento se hizo click, que en este caso nos permitimos suponer que es un hiperenlace, mediante diversos algoritmos este hiperenlace es referido a su nodo correspondiente del arbol del documento (abreviado en inglés es DOM).

Conseguido esto, el texto del elemento es iluminado para retroalimentar visualmente al usuario de que su acción ha tenido un efecto, al mismo tiempo se generan de forma transparente «eventos» a lo largo del árbol del documento, tales como onmouseover (el cursor está sobre el elemento), onmousedown (se oprimió el botón sobre el elemento) y onmouseup (se soltó el botón sobre el elemento), al hallar uno de estos se ejecutará el código Javascript asociado a estos nodos, el cual puede cancelar el evento o realizar otra operación.

Inmediatamente que la secuencia de interfaz termina, Biyubi deja de iluminar el elemento, para resolver el URL (Uniform Resource Locator) o sea la dirección que debe utilizar para acceder el nuevo documento —algo similar a la cadena http://www.biyubi.com/index.html—, la petición se acumula a la cola de documentos por bajar y el logotipo de Biyubi comienza a girar.

En el momento en que la cola de documentos encuentra la nueva petición, se inicia la búsqueda de la dirección IP de la máquina que contiene el documento pedido o página Web, utilizando los servicios del servidor de nombres de dominio configurado por el usuario. Todo el proceso de conexión a Internet, torre de protocolos TCP/IP y enlace físico, tal como Ethernet o modem, es gobernado por los recursos del Sistema Operativo Fénix, que a la vez está enlazado con el navegador Biyubi a través de la API (Application Interface) diseñada por la Familia Toledo.

Una vez obtenida la dirección del servidor que contiene la página Web, se procede a formular un pedido de la página, utilizando el protocolo de transferencia de hipertexto (HTTP), si existen galletas para el servidor (del inglés cookies), también se anexan. Para una conexión segura, como las utilizadas para transmitir datos bancarios, se invocan protocolos que codifican los datos, y utilizan algoritmos de más de 128 cifras binarias, que garantizan la seguridad e integridad de la conexión.

La información es encaminada por el Sistema Operativo Fénix a través de Internet, brincando de computadora en computadora hasta su destino, que puede estar en cualquier lugar del orbe, en donde es procesada y el resultado de la operación y la página HTML (HyperText Markup Language) son devueltos nuevamente a través de Internet, pasando por ruteadores y cortafuegos —que algunos nombran firewall—, hasta ser entregados a la computadora equipada con el «browser» Biyubi.

El navegador reconoce los datos, verifica su validez e invoca sus rutinas internas para limpiar sus buffers, encaminando la señal en curso a una compleja maquinaria de proceso, podemos imaginar ésta como miles de engranajes sincronizados y aceitados adecuadamente, solo que aquí los engranajes son algoritmos que encajan a la perfección, para una navegación confiable.

Conforme llegan los datos, se suministran al (metafóricamente hablando) molino de datos, y éste los distribuye a sus lugares correctos en el arbol de documento, para el navegador, un marcador HTML es una instrucción de proceso visual, p.ej. el marcador <title> indica que viene a continuación el título de la página visitada, o puede ser un marcador que requiere resolución de concordancia con las hojas de estilo CSS, o tal vez un marcador que llama nuevamente a las rutinas de red para pedir la descarga de imágenes, otras hojas de estilo o scripts, estos últimos son alimentados a un intérprete de Javascript que se encarga de construir una representación intermedia ejecutable, la cual será llamada en su momento, que puede ser desde un simple programa para verificar la validez de los datos en un cuestionario, un juego de ajedrez, o un programa de inteligencia artificial.

Cuando un texto se formatea según las indicaciones del autor de la página Web, se forman los bloques visuales con sus margenes, bordes, rellenos y fondos gráficos, con alineación izquierda, centro, derecha o justificada, sangrado de prensa, posicionamiento de balas para listados, inserción de contenido, selección del tipo de letra o color, corte en espacios o en guiones, alineación vertical, cálculo del tamaño de los elementos en una línea, estimación del tamaño del contenido en cada celda de las tablas, situación de bloques flotantes a izquierda o derecha, generación de capitulares, etc. Así se producen los elementos necesarios que el navegador Biyubi comienza a visualizar, al tiempo que continúa monitoreando el tráfico de la red para recibir la corriente de datos de los demás archivos que componen la página, y va emitiendo mensajes a sus procesos internos cuando, por ejemplo, descubre que el tamaño recién descubierto de una imagen ha alterado la posición de los elementos en la página y por lo tanto restaura con un nuevo formateo la página completa.

En ciertos navegadores todo el tiempo hay que tener cuidado con los «virus», ya que una descarga de imagen puede instalar un caballo de Troya que algunos gurús llaman «exploit», para acceder datos privados del usuario, Biyubi no tiene ese problema, ya que sus algoritmos rigurosamente comprobados no admiten archivos defectuosos, e ignoran cualquier dato que exceda la especificación del formato.

En el momento en que la descarga de todos los elementos ha concluido, es entonces cuando se detiene el logotipo de Biyubi y aparece el mensaje «Documento procesado», al llegar a este punto, Biyubi probablemente ya ejecutó cientos de miles de líneas de código fuente. Esta operación puede ser casi instantánea a través de una red Ethernet conectada a un troncal de Internet, o tardar algunos segundos cuando se tiene una conexión telefónica por modem —también llamada dial-up—, además depende del conocimiento de los lenguajes de Internet que tenga el diseñador de una página. De manera que incluso una costosa máquina de 3 ghz. debe ajustarse a la velocidad de una conexión, que puede ser tan poco como 33600 o 56000 baudios por segundo, de ahí que a veces se considere al ciberespacio como el «ciberdespacio».

Después de procesado el documento, Biyubi entra en un estado letárgico donde casi no consume ciclos del procesador central, encargándose únicamente de seguir o recibir las órdenes del usuario, tales como desplazar una ventana sobre la página Web, de realizar la animación de las imagenes descargadas y ejecutando scripts que así lo requieran, y no por eso estas tareas resultan menos complejas, decenas de miles de líneas de código se encargan de ello, el ciclo de ejecución vuelve a comenzar cuando el usuario hace click en otro hiperenlace o en un botón de un cuestionario.

En los inicios de la World Wide Web no existía Javascript, CSS, ni siquiera imagenes, solo el texto era el mensaje, verlo en diferentes tamaños o centrarlo ya era un lujo, colorearlo era un sueño. Solo existían alrededor de un centenar de páginas Web, y aproximadamente un millar de cibernautas, entonces un «browser» era considerablemente más sencillo de escribir, un programador hábil podía crear un miniprograma en tres meses, con aproximadamente 10,000 líneas de código.

Para escribir un navegador a principios de 1993, se utilizaba un compilador o intérprete, un sistema operativo gráfico y una computadora con conexión en red, la receta en 4 pasos era:

• Escriba el código para pedir la página de Internet. (HTTP/0.9, ahora obsoleto)

• Visualice el texto siguiendo HTML o HTML+. (especificaciones no oficiales)

• Permita que el usuario desplace la página y haga click en hiperreferencias.

• Envuelva todo esto en una interfaz.

Naturalmente, una vez logrado esto, los creadores de la WWW comenzaron a preguntarse ¿Y si hicieramos... (llene con lo que usted quiera)?, así fue como la Internet evolucionó hasta su forma actual. Tras varias preguntas de ¿Y si hicieramos...?, los navegadores se volvieron herramientas atractivas e indispensables, ya no más un simple hojeador de textos, ahora integraban lenguajes de programación, hojas de estilo que permitían ver las páginas como si fueran periódicos, textos e imagenes animadas, descompactadores de audio y video en diversos formatos o protocolos, algoritmos de cifrado, transferencia de archivos, lector de correo, etc.

En otros navegadores, muchas de estas nuevas integraciones no estaban previstas de antemano, y una programación descuidada facilitó la introducción de errores en los navegadores, igual que en los sistemas operativos instalados en millones de computadoras, errores que son aprovechados por los bucaneros de la Internet para «abordar» la computadora, apropiarse y destruir datos personales de los usuarios, con un excesivo precio en horas-hombre para reparar los problemas de programación. A nadie se le ocurriría dejar su agenda, sus tarjetas bancarias y sus estados de cuenta en el mostrador de una tienda comercial, que es justamente lo que está ocurriendo en este momento a millones de usuarios, cada vez que entran a Internet, con navegadores que «hacen» agua o exploradores que se pierden en una selva de hackers.

La exitosa sinergia de la computadora G11 de la Familia Toledo, su Sistema Operativo Fénix y Navegador Biyubi facilita el explosivo avance del conocimiento, para la nueva era digital, que será notorio en todos los ámbitos del quehacer humano, ya que los archivos de documentos, imagenes, presentaciones, etc. creados individualmente o por grupos de personas, son una información estratégica, no solamente por su utilidad, sino por el valioso tiempo dedicado a su creación.

La Familia Toledo es la única organización que accesa a Internet con un navegador de su propia creación, disfrutan a diario creando e innovando desarrollos inteligentes, para un territorio tecnológico que ruge ante la intensa competencia, no importa la tecnología comercial llamativa, ellos están completamente seguros de lograr algo mejor. Su organización concibe lo inimaginable y lo convierte en realidad, vibrando al inventar con las leyes científicas, y en cada componente electrónico, cada alambre, cada línea de circuito impreso y cada línea de código incluye una parte de su vivencia, para que la gente acceda democráticamente a un mejor futuro.

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